A
distancia de casi 18 años tengo sensaciones contrastantes al recuerdo de cuando
mi carrera en las Fuerzas Especiales empezó, por un lado, me parece que haya
pasado un siglo, por el otro, los recuerdos son tan vivos que parece hubieran
pasado solo unos días...
Estuvo al
acabarse del 2000, cuando entendí que era lo que quería hacer de
"grande".
Tenía
20 años, y estaba cumpliendo con el servicio militar obligatorio en una
unidad de infantería como teniente de "complemento". Era
una posición de oficial del más bajo nivel, a la cual podían acceder
muchachos que pasaban una selección y un curso de 5 meses. La desventaja
era que, como teniente de complemento tocaba cumplir con 15 meses de servicio,
cinco de curso y 10 de tarea en el grado, mientras el soldado genérico solo
cumplía 10 meses de servicio; la gran ventaja era el sueldo, que para un
soldado era casi inexistente y para un oficial era
exageradamente bueno, sobre todo se consideramos que cuando empecé tenía
19 años.
En
este periodo, adentro del Ejercito, empecé a conocer una realidad nueva y
compleja. Empecé a conocer muchas variedades de especializaciones y tareas que
se podían ejecutar en ese medio, y sobre todo conocí (indirectamente) que
eran las Fuerzas Especiales, y que era lo que (supuestamente) hacían.
Fue
entonces, en una base militar en el norte occidente de Italia, que decidí que
mi objetivo era entrar en el "nono", y más importante, volverme INCURSORE (la
califica de operador de fuerza especial, literalmente incursor, asaltador)
El
"nono", oficialmente el 9eno Regimiento Paracaidistas de
Asalto "Col Moschin" en italiano: 9° Reggimento Paracadutisti
d'Assalto "Col Moschin", al época, era uno de
los regimiento de la Brigada Paracaidista del Ejercito, la "Folgore",
pero desde siempre conocido como una realidad diferente de las
demás unidades, y con una "independencia" peculiar desde la
Brigada.
En
ese periodo histórico todavía no se hablaba de medio-oriente ni
de terrorismo islámico, el 11 de septiembre todavía no
había ocurrido...
Lo
que se conocía era que en las operaciones OTAN en los Balcanes, los
operadores del "nono" habían hecho cosas raras por un militar: ¡trabajaban
en grupos de 4-5 personas, independientes y lejos de otras fuerzas amigas,
y más increíble, en vestidos civiles y con carros civiles!
Sobre
lo que ellos habían hecho realmente como operaciones tácticas, no se
conocía. Como siempre pasa en estos casos, palabras escuchada se vuelven
cuentos, cuentos se vuelven historia...y a llegar a legendas no se demoran
mucho.
Independientemente
de todas las historias sobre las operaciones que yo alcanzaba a escuchar (en
esa época internet no era desarrollado), quedé amañando en conocer
la preparación que necesitaban tener los operadores. Se hablaba de
escalada, esquí, combate con armas, sin armas, tiro, explosivos, buceo y
paracaidismo... solo en pensar en la capacitación era suficiente a
empujarme hacia la decisión que cambió mi vida. Obviamente,
también el pensar de poder conducir operaciones "atrás de las líneas
enemigas" era increíble para un muchacho, desde siempre apasionados
de armas, de películas de acción y de deportes.
En
el principio del 2001, después de tener claro cuál era el objetivo,
encontré la forma que más se parecía a mi perfil y a mi personalidad, para
alcanzar el sueño: volverme suboficial y acceder a las selecciones para entrar
a la formación de "Incursore".
Parece
ilógico que desde oficial uno quiera bajarse a suboficial, pero era lo que
entendí pertenecerme como posición en la jerarquía militar. En primer
lugar, como teniente de complemento, mi servicio vencía y era casi
imposible volverse permanente en una categoría, de toda manera considerada
de serie "B". Segundo, y más importante el suboficial tenía que
seguir un curso de 3 años en una academia, en la cual la formación era
mucho más practica y activa, comparándola a los 5 años de la academia de
oficiales. Además, la vida operativa de un oficial es muy corta, cuando se
vuelva capitán, ya tiene que dejar el arma y coger el lapicero. Así que, cuando
casi se me estaba acabando mi servicio, presenté la recuesta para
participar al concurso para el "Corso Marescialli
dell'Esercito" que se tenía en la "Scuola Sottoufficiale
dell'Esercito" en Viterbo, centro de Italia.
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